El Atrio Exterior

El Atrio Exterior

 

                               

El atrio exterior del Templo. Del Templo descrito en las Sagradas Escrituras; este es un patio que está alrededor del templo. Primero está el muro que lo rodea y luego cuando se entra está este patio amplio a todo derredor del templo.

Luego está el Templo propiamente dicho y se entra por la puerta llamada  bonita o puerta  Hermosa,  Esta puerta conecta directamente con el patio de las mujeres  luego    hay un muro y una puerta y se entra al templo a otro patio donde solo entran los varones. Al fondo de este patio está “El Templo”, es decir la construcción donde se encuentran el lugar Santo y el lugar Santísimo, donde solo entran los sacerdotes.

 

El atrio exterior es llamado también patio de los  gentiles: el patio de los gentiles no está exterior al Templo, el hace parte del Templo. Los gentiles, normalmente eran las personas paganas, pero en esta descripción del templo, se trata de todas las Naciones que entrarían hacer parte del Templo celestial del Señor, Su cuerpo Santo su Iglesia. Así que el término gentiles se refiere a todas las poblaciones que no son judías, pero que ahora pertenecen al cuerpo de la  Iglesia,  todos aquellos nacidos de nuevo. El atrio exterior, o patio exterior como lo estoy llamando aquí, en el libro de Daniel en el Antiguo Testamento, no fue medido como sí lo fue el resto del templo con todas sus partes. Porqué  Dicen las Escrituras, fue entregado para ser Hollado por los gentiles.

Es interesante saber que significa hollar (Pisar una superficie o un lugar.). Si hablamos de un terreno, hollar quiere decir que ese terreno será transitado de tal manera que tendrá una marca, los que lo hollan o lo transitan harán un camino, esa es la marca o traza. Si hablamos de textiles, es manosear, frotar con las manos, equivalente a las acciones cuando lavamos la ropa. Si hablamos de una piel de un animal, es tratarla con determinados elementos de tal manera que esa piel se conserva y puede usarse para otros fines utilitarios. En agricultura, hollar, es quitar la cascara a las semillas con la acción de aventar, o moler, con este acto separamos la cascara de la semilla. Si hablamos del cuerpo humano podemos hablar de una luxación, es decir el acto de separar, de descoyuntar un ligamento en una parte importante en donde hay un movimiento del cuerpo. En el caso de las lanas, es la acción de cardar, es decir que la lana tratada con un objeto punzante, áspero, cambiará de aspecto y estará esponjosa y suave. En el caso de los perros de caza, es el instante cuando el perro acedia la presa, la alcanza la hace caer y teniéndola a su alcance la muerde y la mata, este sería el acto de la caza, y el acto de hollar. Y en la parte psicológica, hollar, es dar puntapiés a algo con ira desprecio, despojar con palabras los sentimientos.

Todos estos significados entran a actuar en la acción que tienen los gentiles en la parte del atrio exterior

 

                                   El templo de jerusalém

        

En el Nuevo Testamento se habla a menudo del templo, que no había perdido su prestigio desde la época antigua de Israel. En el 587 a.C. fue destruido el primer templo de Salomón. Después del exilio fue reemplazado por un edificio que no podía comparase con el antiguo. Fue profanado en el 167 a.C. por Antioco IV Epífanes.

En el año 20 a.C. Herodes empezó el nuevo templo que aunque quedó inaugurado 10 años después no quedó terminado hasta el 64 d.C. Juan 2,20 Ellos contestaron: «Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días »  hace alusión a esta larga duración de los trabajos. El perímetro de las murallas del templo eran de aproximadamente unos 1500 metros. Entrando en el templo, se entraba primero en un amplio patio rodeado de galerías cubiertas. Este atrio que rodeaba por todas partes las construcciones del templo se llamaba atrio de los gentiles. En él podían estar los paganos. En él se situaban los mercaderes y los cambistas

 (Mc 11,15  El que tenga oídos, que oiga. y  Juan  2,14 Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas, sentados detrás de sus mesas.). Después venía el atrio de las mujeres  (Marcos Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as.

Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: « les digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.

Donde se encontraba la puerta hermosa (Hechos 3,2 Había un hombre, tullido desde su nacimiento, al que llevaban y ponían todos los días junto a la puerta del Templo llamada Hermosa para que pidiera limosna a los que entraban en el Templo.). Otro atrio era el de Israel, dentro del cual se encontraba el de los sacerdotes donde estaba el altar de los sacrificios. Después de un pórtico venían el lugar santo, con el altar de los perfumes (Lucas  1,9 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva), la mesa de los panes de proposición y el candelero de los siete brazos. Después, aislado con un tupido velo, el santo de los santos donde sólo el sumo sacerdote entraba una vez al año, en el día de las expiaciones; después de que en el 587 a.C. desapareciera el arca de la alianza esta parte estaba vacío. En el 70 d.C. el templo fue totalmente devastado y destruido por Tito. El templo había sido el centro de la piedad del AT (Salmo 27, 4-2-4-5 Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme; aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en ella. Una cosa he pedido a Yahveh, una cosa estoy buscando: morar en la Casa de Yahveh, todos los días de mi vida, para gustar la dulzura de Yahveh y cuidar de su Templo.

    Una cosa he pedido a Yahveh, una cosa estoy buscando: morar en la Casa de Yahveh, todos los días de mi vida, para gustar la dulzura de Yahveh y cuidar de su Templo. Que él me dará cobijo en su cabaña en día de desdicha; me esconderá en lo oculto de su tienda, sobre una roca me levantará) Sobre todo a partir de la centralización del culto en Jerusalén. Se le consideraba como el lugar y signo de la presencia divina  (Deuteronomio 12,5;  sino que sólo vendréis a buscarle al lugar elegido por Yahveh vuestro Dios, de entre todas las tribus, para poner en él la morada de su nombre.  1 Reyes, 8; 3-9  Los sacerdotes tomaron el Arca de la Alianza de Yahveh  En el Arca

no hay nada fuera de las dos tablas de piedra que Moisés colocó allí en el Horeb (monte de dios), cuando Yahveh pactó la Alianza con los israelitas a su salida de Egipto). Las críticas de los profetas y los sabios en nada disminuyeron su respeto por la institución cultual. Incluso los sectarios de Qumrân no se separaron de él más que temporalmente, a causa de su sacerdocio estimado ilegítimo y de su calendario aberrante. El apego al templo puede medirse por la violencia de la reacción que siguió a su profanación por Antioco Epífanes en el 167 a.C. Después de la victoria de los rebeldes se purificó el templo y se celebró una dedicación solemne, conmemorada por una fiesta judía.

                 

      Ieromonah Seraphim