Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

                                       Deja que los muertos entierren a sus muertos…
mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Mateo 8:21-22 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.

                                        Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Dos expresiones totalmente opuestas. El discípulo pensando y deseando apartarse del Señor para ir a enterrar un muerto, el Señor pidiéndole que lo siga y que deje ese trabajo para otros. Generalmente el hombre pone atención en las cosas terrenales, mientras que Jesucristo nos invita a poner la mirada en las cosas celestiales. Nuestro mirar es hacia lo material pero Jesús nos pide que miremos lo invisible.

Apartándonos de estos dos extremos de los cuales ya es de sobra conocido, veamos el contenido del verso expuesto arriba. Posiblemente le llame la atención al lector que el Señor haya dicho: ”que los muertos entierren a los muertos” y se venga a su mente la pregunta: ¿Como un muerto puede enterrar otro muerto? Déjeme decirle querido lector, que para Dios existen vivos y muertos que es algo diferente que lo que el hombre conoce. Para el hombre una persona está viva mientras respira pero para Dios toda persona esta viva en Cristo dentro de su corazón.

Hay una palabra de Dios en la Biblia que dice así: Mateo 22:32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Marcos 12:27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis. Lucas 20:38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

Lo dicho anteriormente lo podemos resumir en esta nueva declaración: “El que cree en Jesucristo, aunque este muerto vivirá” podemos examinar lo que dice la Biblia al respecto. "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios." (1 Juan 5:11-13). Muy claramente esta expresado aquí: El que tiene al Hijo tiene la vida, el que no tiene al Hijo no tiene la vida, y podemos entenderlo también de esta otra manera: El que tiene a Jesucristo está vivo, el que no tiene a Jesucristo está muerto.

Cuando Jesús le dijo al discípulo: “deja que los muertos entierren a los muertos” le estaba diciendo que solo los que no tienen a Cristo piensan que los que han fallecido están muertos, los que tienen a Cristo también creen que los fallecidos están vivos. Voy a poner un ejemplo, para todos nosotros, los que hemos leído la Biblia o hemos escuchado algunas explicaciones bíblicas, estamos seguros que todos los personajes bíblicos del pasado están muertos, pero no es así, solo veamos este acontecimiento que sucedió con nuestro Señor un día que el pidió a tres de sus discípulos que le acompañaran al monte, veamos lo que nos narra la Biblia: Mateo 17:1-3 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Este relato nos pone de manifiesto que tanto Moisés como Elías están vivos en este momento y no están muertos.

 

                                        Ieromonah Seraphim